terça-feira, 17 de julho de 2007

Rafael Mendoza Castillo: «El clero y el principio de laicidad»

«La historia de México nos muestra que la Iglesia Católica se considera como la institución religiosa exclusiva, para imponer a todas las gentes su creencia confesional, además siempre se ha inclinado hacia la defensa de sus privilegios en el ámbito de lo temporal. Estas actitudes dominadoras se han concretizado en verdaderas luchas políticas, guerreristas e ideológicas del clero en contra del poder público, es decir, del Estado.
La Iglesia Católica, especialmente la cúpula clerical, siempre se han colocado de lado de los poderosos y su política terrenal se inclina por el intento de dominar y someter a la República a sus intereses privados y esas acciones violentan los principios o fundamentos constitucionales, como laicidad, soberanía popular, legalidad, justicia, igualdad y libertad.


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La laicidad no se puede entender como un medio, sino que es un principio, un fundamento que permite el fortalecimiento de la libertad de conciencia, en la que cada individuo decide, desde su autonomía, la elección de la creencia religiosa o también la posibilidad de no practicar ninguna. Como bien dice Henri Peña-Ruiz: «Laico es, pues, el sujeto del pueblo que no es distinguido por ninguna misión, por ningún privilegio, por ningún poder sobre el prójimo».
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Laicidad no es ateismo, sino que ésta es una convicción más en la sociedad, que puedo elegir o no. La primera protege la libertad de conciencia y no impone a nadie creencia alguna. Lo laico reconoce la esfera pública y la privada. Tampoco se trata de que la primera se imponga y someta a la segunda. Lo laico no es integrismo, sino condición de posibilidad para que lo humano se emancipe de cualquier alienación temporal, espiritual, económica y social.
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(Rafael Mendoza Castillo no Cambio de Michoacán; ler na íntegra. De repente, também no México se volta a discutir a laicidade do Estado enquanto fundamento da República...)

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